Un estudio minucioso de 40 abriles de datos ha revelado que poco un poco raro está pasando con Júpiter.
De acuerdo con una gran cantidad de información recopilada por telescopios terrestres y espaciales, la temperatura en la troposfera superior de Júpiter exhibe fluctuaciones regulares que no parecen estar vinculadas a ninguna variación estacional. Este hallazgo sorprendente e intrigante podría ayudar a los científicos finalmente comprender el extraño clima del superhombre fluido.
“Hemos resuelto una parte del rompecabezas ahora, que es que la medio muestra estos ciclos naturales”, dice el comprobado planetario Leigh Fletcher de la Universidad de Leicester en el Reino Unido.
“Para comprender qué está impulsando estos patrones y por qué ocurren en estas escalas de tiempo particulares, debemos explorar tanto por encima como por debajo de las capas nubladas”.
No debería sorprender a nadie que Júpiter, el planeta más ancho del Sistema Solar, sea muy diferente a nuestro hermoso mundo habitable. Está azotado por vientos salvajes, revestido de gruesas capas de nubes y salpicado de tormentas tempestuosas que pueden crecer a tamaños más grandes que la Tierra. Su clima extremo es tan extraño que los científicos han luchado por entenderlo.
Sabemos que está rodeado por bandas alternas de nubes claras y oscuras conocidas como zonas y cinturones que giran en torno a del planeta en direcciones opuestas. Todavía sabemos, a partir de imágenes infrarrojas, que los cinturones más oscuros son más cálidos, al menos en parte, porque las nubes son más delgadas, lo que permite que escape más calor del interior del planeta.
La otra cosa interesante sobre Júpiter es que no tiene mucha inclinación. El eje en torno a del cual expedición el planeta se inclina solo 3 grados en relación con su plano orbital en torno a del Sol. Aquí en la Tierra, y en otros planetas como Marte y Saturno, una resistente inclinación axial (23,4 grados para la Tierra) apunta los polos en dirección a o desde el Sol, lo que provoca distintas variaciones estacionales de temperatura.
Los científicos nunca esperaron que Júpiter experimentara ciclos significativos en la variación de la temperatura, pero hasta ahora, los conjuntos de datos a derrochador plazo sobre el perfil de calor del planeta no han estado disponibles para realizar si este fue el caso. Hasta ahora.
Los datos de los instrumentos a lado de las sondas espaciales Voyager y Cassini, y del Very Large Telescope, el Subaru Telescope y el Infrared Telescope Facility de la NASA, le dieron al equipo dirigido por el comprobado planetario Glenn Orton del Jet Propulsion Laboratory de la NASA décadas de datos térmicos para trabajar.
Para su sorpresa, encontraron fluctuaciones de temperatura con periodicidades de 4, 7 a 9 y 10 a 14 abriles, involucrando diferentes bandas de amplitud. Estos parecen desconectados, encontraron, de las variaciones de temperatura estacionales.
Sin confiscación, existe cierta coherencia interna: a medida que las temperaturas aumentan en latitudes específicas del hemisferio boreal, descienden en las latitudes correspondientes del hemisferio sur, específicamente a 16, 22 y 30 grados. Es como si Júpiter fuera un espejo de sí mismo, dividido por el ecuador, manteniendo el contrapeso térmico.
“Eso fue lo más sorprendente de todo”, dice Orton.
“Encontramos una conexión entre cómo variaban las temperaturas en latitudes muy distantes. Es similar a un aberración que vemos en la Tierra, donde los patrones meteorológicos y climáticos en una región pueden tener una influencia extraordinario en el clima en otros lugares, con patrones de variabilidad aparentemente “teleconectados”. ‘ a través de grandes distancias a través de la medio”.
No está claro qué impulsa o vincula estas fluctuaciones de temperatura, pero se puede encontrar una pista más en lo alto en la medio de Júpiter, en la capa estratosférica clara que se encuentra sobre la troposfera nublada. En el ecuador de Júpiter, las variaciones de temperatura en la troposfera se corresponden con una variación opuesta en la estratosfera. Esto sugiere que todo lo que sucede a maduro valor influye en lo que sucede a continuación, o al contrario.
Y sea lo que sea, este estudio es una aposento muy importante del rompecabezas que, algún día, puede ayudar a los científicos a comprender y predecir con precisión el clima joviano.
“Cronometrar estos cambios de temperatura y períodos a lo derrochador del tiempo es un paso para finalmente tener un pronóstico meteorológico completo de Júpiter, si podemos conectar la causa y el sorpresa en la medio de Júpiter”, dice Fletcher. “Y la pregunta aún más amplia es si algún día podemos extender esto a otros planetas gigantes para ver si aparecen patrones similares”.
La investigación ha sido publicada en Naturaleza Astronomía.