Los “parásitos” genéticos conocidos como retrotransposones se vuelven más activos en todo tipo de animales a medida que envejecen, y esta longevo actividad acorta la esperanza de vida. Ahora, un estudio en animales ha demostrado que este impresión de envejecimiento no es el resultado de mutaciones en el genoma como se pensaba anteriormente, sino que podría ser el resultado de la actividad del parásito que desencadena una respuesta inmune.
Comprender exactamente cómo estos fragmentos de ADN parásito acortan la vida útil podría conducir a formas de extender la vida humana. “Pero esto está muy allá”, dice Blair Schneider en el Albert Einstein…